"El Monstruo de Colores no sabe qué le pasa. Se ha hecho un
lío con las emociones y ahora le toca deshacer el embrollo. Una historia
sencilla y divertida, que introducirá a pequeños y a mayores en el
fascinante lenguaje de las emociones".
Podemos asociar las emociones a muchísimas cosas: a colores, a
fragmentos musicales (esto me encantaría hacerlo, y no lo descarto
cuando acabe el emocionario, repasar las emociones y seleccionar un
fragmento musical para cada una, aprovechando mis conocimientos
musicales), a una parte del cuerpo... Pero lo dicho, cuantas más
emociones se trabajen, más complicado es asociarlo a algo.
Aquí os dejo tres recursos que nos facilita la propia editorial. Sólo tenéis que hacer click en cada enlace o sobre cada fotografía para acceder a él.
Recurso 1: Bote de cristal con emociones. Los niños colocan lanas de 5 colores diferentes en cada bote según la emoción que sea. Si no tenemos lanas podemos hacerlo con bolitas de plastilina o bolitas de papel de seda de colores.
Aquí os dejo tres recursos que nos facilita la propia editorial. Sólo tenéis que hacer click en cada enlace o sobre cada fotografía para acceder a él.
Recurso 1: Bote de cristal con emociones. Los niños colocan lanas de 5 colores diferentes en cada bote según la emoción que sea. Si no tenemos lanas podemos hacerlo con bolitas de plastilina o bolitas de papel de seda de colores.
Recurso 2: Fotocopias emociones. Una
vez leído el cuento y explicada cada emoción, podemos fotocopiar estas
plantillas para que los niños coloreen el monstruo del color que creen
que se siente. Si queremos ampliar los dibujos de este recurso, podemos
comprar el cuento coloreable de la misma editorial.
Recurso 3: Fotocopias neutras. Una
vez leído el cuento y explicada cada emoción, podemos fotocopiar estas
plantillas más neutras donde lo que siente el monstruo no es evidente.
Con ellas el niño tiende a proyectar más la emoción propia que él está
sintiendo o que de algún modo le ha llamado más la atención.
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