Se trata de una adaptación del llamado Árbol de los logros que propone José Vicente Bonet en su libro Sé amigo de ti mismo.
Se trata de dibujar en un papel en blanco un árbol. En la parte que está bajo tierra le hacemos a nuestro árbol cinco raíces y en la zona de las ramas dibujamos cinco manzanas.
Las raíces van a representar cualidades que tenemos y las manzanas van a reflejar logros que hemos obtenido en nuestra vida gracias a esas cualidades que poseemos y hemos cultivado.
Por ejemplo, si has conseguido superar la primera semana de la vuelta al cole sin perder los nervios con los niños y los madrugones ¿a qué cualidad tuya podrías apelar? Puede ser tu paciencia, o tu capacidad de organizarte etc… Busca ahí, verás como algo sale. Otro ejemplo más tangible: Gracias a tu constancia y perseverancia en el deporte has conseguido ganar un campeonato de tenis este verano. Pues escribes en la raíz constancia y perseverancia y en la manzana campeonato de tenis. Lo bueno es que lo puedes hacer en una dirección o en otra, primero el logro y luego la cualidad o al contrario si te resulta más fácil. El caso es verte a ti mismo reflejado en ese dibujo y darte el reconocimiento que te mereces por esa cantidad de cosas que has conseguido y que habitualmente no interpretas como logros, o si lo interpretas como logro es probable que no lo achaques a una cualidad determinada que tienes.
Además de ser una herramienta de autoconocimiento (aprendes de ti mismo) es también de auto-reconocimiento, porque te ayuda a reconocer tus cualidades y a ponerlas en valor, te ayuda por lo tanto a construir una autoestima alta.
Con los niños se puede hacer como un juego. Les podemos ayudar nosotros. Es más fácil que ellos identifiquen sus logros, pero les costará algo más asociarlo a una cualidad. Es ahí donde nosotros podemos preguntarle ¿qué hiciste para conseguir eso? ¿ cómo lo hiciste? etc…y así desde pequeños van identificando sus propias cualidades y las verán como recursos que tienen disponibles para conseguir nuevos retos.
Imaginaos a un niño que se enfrenta a un colegio nuevo y que tiene miedo a no hacer amigos. Un logro para él podría ser la pandilla de amigos que consiguió tener en el anterior colegio. La pregunta que deberíamos hacerle es ¿qué cualidad tienes que te ayudó a conseguir eso? Pues nos dirá lo que él cree (nosotros le podemos guiar con nuestras preguntas). Imaginemos que concluye que esa cualidad es su capacidad de adaptarse a cualquier juego sin tratar de imponer sus preferencias.
Si el niño comprende que esa cualidad le pertenece, que tiene experiencia sobre cómo usarla y que además tiene la certeza de que le va a llevar a obtener el resultado que espera, es probable que en cuestión de minutos (el tiempo que te lleve hacer el juego del árbol de los logros con él) ese niño pierda ese miedo inicial que tenía a enfrentarse a sus nuevos compañeros de clase.
Extraído de https://thecoachingpost.com/arbol-los-logros
Autora: Aldara Martitegui